San Antonio de Padua ha vuelto a ser una fecha especialmente señalada en el calendario festivo de nuestro querido pueblo. Más de un centenar de cubillejanos nos hemos dado cita los días 13,14 y 15 de junio para recordar la tradicional fiesta de San Antonio, tal y como se venía haciendo antes del cambio de fechas al mes de agosto para favorecer la participación de todos los cubillejanos residentes fuera del pueblo.
El 13, día de San Antonio, celebramos la misa y la correspondiente procesión por el pueblo, acompañando al santo, disfrutando después de un aperitivo organizado por la Asociación Cultural “Sierra de Caldereros” y de una comida ofrecida por el Ayuntamiento con una estupenda caldereta de cordero cocinada con maestría por José Luis, con la inestimable ayuda de Sonia, Toño y otros miembros de la Comisión de Fiestas.

El día 14 se inició con una caminata por la maravillosa sierra de Caldereros, con participación de medio centenar de personas tanto del pueblo como de otros pueblos amigos. El recorrido supuso un esfuerzo importante para todos, pero recompensado con un refrigerio ofrecido por el Ayuntamiento y que concluyó con una comida de barbacoa para quienes quisieron disfrutar de la panceta, la longaniza y la buena morcilla molinesa, sin que faltase la cerveza fresca ofrecida en el bar La Plaza.

Por la tarde, en la sala de Arte el Granero, organizada por la Asociación Cultural se inauguró una espectacular exposición del pintor seguntino Mariano de la Concepción Torreira sobre “Despoblados de Guadalajara” que llamó la atención por su originalidad, colorido y peculiar estilo de este veterano y reconocido pintor guadalajareño y supuso un éxito de asistentes.

Para concluir la jornada, en los locales del horno municipal adaptados de manera brillante para este tipo de actos de todo el pueblo, pudimos disfrutar de una sencilla pero apetecible cena organizada por la Comisión de Fiestas para recaudar fondos, todo ello en un ambiente de cordialidad, buena vecindad y sin que faltase la buena música y cerveza y refrescos para todos, a precios eso sí muy populares y asequibles.
En definitiva, un fin de semana festivo y alegre para el pueblo, con lleno en la iglesia, el horno y el bar, además de una nutrida participación en la caminata, lo que ha sido motivo de alegría para todos. Y dejando buen sabor de boca para repetir.
