Cubillejo de la Sierra
Historia
Los primeros asentamientos de población en el actual término municipal de Cubillejo de la Sierra se dieron en las inmediaciones de la ermita de la Vega, donde buscaban agua y tierras fértiles, además de los bosques y la caza en torno a los siglos VI-V antes de Cristo.
De hecho, esta zona es una de las más importantes de España en cuanto a yacimientos arqueológicos celtibéricos, con cuatro poblados catalogados denominados de la ermita de la Vega, Los Rodiles, Trascastillo– del que menor conocimiento se tiene- y la Villa de la Vega, que abarcan casi mil años de vida en la zona, concretamente desde los años 700-600 antes de Cristo a los años 100 después de Cristo, ya en plena dominación romana de la península.
Junto a los yacimientos celtibéricos perfectamente conocidos y catalogados, se han encontrado evidencias claras junto al arroyo de la Vega de una villa romana, la Villa de la Vega, lo que evidencia que llegó hasta Cubillejo de la Sierra la romanización y que, durante muchos años, celtíberos y romanos convivieron pacíficamente por estos lugares. Estos poblados romanos eran eminentemente agrícolas y ganaderos y se ubicaban junto a zonas con agua, pastos y caza, como es el caso.
En el mismo paraje, en un montículo donde se ubica la ermita de la Vega, en la que algunos estudiosos sitúan el origen de Cubillejo de la Sierra, se encuentra un cementerio visigodo que ha sido descubierto recientemente gracias a los trabajos desarrollados por arqueólogas de la Universidad de Alcalá, que han encontrado importantes evidencias de enterramientos de la época.
En los tiempos de la dominación musulmana, Cubillejo fue un lugar fronterizo y estratégico en la defensa de Molina de Molina de Aragón. Se construyó así la conocida como casa del Fuerte, torre vigía islámica con carácter defensivo, que comunicaba perfectamente el castillo de Molina con el castillo de Zafra, en la vecina localidad de Campillo de Dueñas, en plena Sierra de Caldereros.
Adaptada como vivienda particular, se trata de la construcción más antigua del pueblo, posiblemente del siglo X, levantada con fuerte sillería bien trabajada que conforman enormes muros y una altura de dos pisos. Desde esta construcción se debió dominar un amplio territorio hacia los valles del Ebro y Jalón, dominando estratégicamente los caminos que llevan desde Zaragoza a Valencia y hasta el reino taifa de Molina.
Todavía se conserva parte de la muralla que debió tener esta casa fuerte, con una construcción muy peculiar denominada “en sardinel”, con piedras areniscas finas insertadas unas sobre otras, sin argamasa alguna, pero dando una gran resistencia a la pared. Este modo de construir es islamista y especialmente se usaba en las murallas.
Algunos historiadores de la comarca, sitúan en este edificación el inicio del actual caserío, ya que debido a las luchas intestinas entre los reinos de Aragón y Castilla el poblado que existía junto a la Virgen de la Vega fue incendiado y completamente devastado en varias ocasiones, por lo que los moradores decidieron trasladar la vida a la actual ubicación, en torno a la denominada Casa del Fuerte.
Con la instauración del Señorío de Molina tras la toma de Molina por Jaime I El Batallador en 1129, toda la comarca vivió siglos de progreso y prosperidad, gracias a su poderío militar y económico, sobre todo basado en la riqueza ganadera que se cifró, en los mejores momentos, en más de 500.000 cabezas de ganado lanar, generándose una gran industria de exportación en torno a esta riqueza.
Con la conquista por los cristianos de las tierras molinesas llegaron varias familias de militares y guerreros que se asentaron en las aldeas de todo el territorio, como la de los Ponce de León, que se asentaron en Cubillejo de la Sierra donde consiguieron tener grandes posesiones en todo el término municipal.
Estuvieron muy relacionados con la Corte y fueron servidores del Emperador Carlos V.
En Cubillejo de la Sierra, la familia de los Ponce construyó en el siglo XlI-XIII el Torreón que lleva su nombre, de carácter eminentemente defensivo y de vigilancia, y, desde aquí, partió una rama de la familia hacia Santander en 1517 para recibir al emperador Carlos V que llegaba a España por primera vez acompañado de su hermana Leonor. Su más distinguido descendiente nacido en este pueblo, del que existe abundante documentación en el Archivo Diocesano de Sigüenza, fue el bachiller Felipe Tercero de León, hombre docto y formado en leyes, de gran cultura y riqueza, poseía por herencia de sus antepasados el Torreón y numerosas tierras de labor y pastos, construyó a finales del siglo XVl la Capilla de los Leones, que después daría origen a la actual iglesia parroquial, y dejó numerosos benefactores en el pueblo, especialmente para favorecer su formación en el Seminario de Sigüenza
Del siglo XV al siglo XVIII, el Señorío de Molina y la península experimentan un importante desarrollo que culminaría con el reinado de Carlos III, con la implantación en España de las ideas de la Ilustración e importantes mejoras en las estructurales sociales y económicas y en las vías de comunicación. En esta comarca jugó un papel determinante la Mesta, organización de ganaderos de Castilla que nació en el siglo XIII y perduró durante más de seis siglos, hasta el año 1836. Fue una organización poderosísima y que consiguió numerosos privilegios reales, dada la importancia que adquirió el mercado de la lana, que se exportaba desde Castilla a toda Europa con importantes ingresos para la península.
En torno al ganado ovino y la lana nació una floreciente industria y muchas familias ganaderas de Molina de Aragón y el Señorío se enriquecieron.
En los siglos XVII y XVIII, Cubillejo de la Sierra aparece ya como un lugar próspero económicamente para la época, muy poblado, y se levantan las principales casonas del pueblo que denotan la existencia de medios económicos suficientes, además de realizarse las obras de ampliación de la iglesia, la construcción del granero para el cobro de diezmos y primicias y el edificio de las escuelas.
Según el Catastro de Ensenada, en el año 1752, cuando se realizó la encuesta de población en Cubillejo, había unos 300 habitantes en el pueblo y ya se contaban 88 casas con 75 vecinos, además de un hospital, taberna, tienda y herrería. Caben destacarse las más de 2600 cabezas de ganado lanar, unas 350 de caprino, 150 mulas y más de 100 cabezas de porcino. Las tierras eran trabajadas por más de 50 labradores.
Cubillejo de la Sierra ha vivido de manera bien distinta el siglo XX. En su primera mitad, con un pueblo en crecimiento que alcanzó en 1950 su máxima expresión con cerca de 500 habitantes. Su crecimiento en la primera mitad de siglo fue similar al de la comarca de Molina, que llegó en el conjunto de sus más de setenta pueblos a los 30.000 habitantes. Sin embargo, es a partir precisamente de esa década cuando se produce un declive vertiginoso en la población tanto de este pueblo como de todo el Señorío de Molina.
Cubillejo no fue ajeno a la revolución social que se produce en España en la segunda mitad del siglo XX, cuando se comienzan a superar las secuelas de la Guerra Civil, que aquí causó seis muertes, y se inicia el llamado desarrollismo industrial en torno a las grandes ciudades, lo que provoca un fuerte proceso migratorio desde esta zona hacia Madrid, Barcelona, Valencia, Guadalajara, Zaragoza y Bilbao, con la consiguiente despoblación en el medio rural.
Paralelamente se produce una fuerte revolución en el sector agrícola, principal fuente de actividad económica. La mecanización del campo llega en los años sesenta y supone una mejora importante en las condiciones de vida de los agricultores y ganaderos, pero a su vez la mecanización deja sin trabajo a docenas de labradores. En el año 1962 llegó el primer tractor al pueblo y en el año 72, la primera cosechadora, mientras que el censo de 1967 ya figuraba 6 tractores en el pueblo, que actualmente vive prácticamente en exclusiva de la actividad agrícola y algo de ganadería ovina.
En el año 2004, la Asociación Cultural «Sierra de Caldereros» promueve el reconocimiento del pueblo, barrio de Molina de Aragón desde los años 70 y por tanto sin personalidad jurídica propia, como Entidad Local de Ámbito Territorial Inferior al Municipio (EATIM), con el fin de contar con un alcalde y concejales propios, elegidos por los propios vecinos, y poder gestionar así sus recursos y presupuestos.
Tras un largo recorrido administrativo, el 24 de octubre de 2008 se publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha el Decreto por el que se aprobaba la constitución de la entidad de ámbito territorial inferior al municipio de Cubillejo de la Sierra, dependiente de Molina de Aragón, entrando en vigor el 1 de enero de 2009, nombrándose posteriormente una Comisión Gestora integrada por Luis Miguel López, que sería elegido presidente de la misma, Jesús Sanz López y Francisco Establés Pérez.
Los Pairones de Cubillejo de la Sierra
Los pairones son construcciones típicas del Señorío de Molina, de origen religioso. Son monumentos sencillos, realizados con piedra caliza de la zona y situados a la salida de los pueblos, dedicados a alguna advocación religiosa. Cubillejo de la Sierra tiene dos pairones, en devoción a la Virgen del Buen Suceso y a las Ánimas benditas.
Pairón del Buen Suceso
El pairón del Buen Suceso, construido en el siglo XVII, se ubica en el camino de Campillo y Hombrados, a unos cien metros del pueblo. Se conserva en muy buen estado, con su hornacina dedicada a la Virgen del Buen Suceso, siendo originales su cruz de hierro y veleta. Era lugar de encuentro cuando se celebraba la romería a la ermita de San Miguel, donde se juntaban los portadores de las banderas que salían en procesión hacia la ermita ya desparecida hace años. Se trata de un pairón monumental, de gran tamaño con respecto al resto de los existentes en toda la zona.
Pairón de las Ánimas
En la carretera de Molina de Aragón a la Yunta, en un cruce de caminos hacia las fértiles tierras cerealistas de Cubillejo, se ubica otro pairón, el de las Ánimas Benditas, cuyo sentido también es profundamente religioso, tanto como referencia de cruces de caminos como de sitio desde donde bendecir los campos y pedir una buena cosecha. De arenisca blanca, con sillería bien trabajada y en perfecto estado de conservación, posiblemente data del siglo XVII. Se trata de un ejemplar muy puro, recientemente restaurado tras el robo de parte de su estructura superior, el cimacio y la cruz de hierro.
Tanto en todo el Señorío de Molina como en distintas poblaciones de Aragón cercanas a la comarca, existen docenas de pairones, la mayor parte de ellos muy bien conservados.
El poblado de Los Rodiles
Al norte del pueblo, en un paraje denominado Loma Gorda, junto a la ermita de la Virgen de la Vega y el arroyo de la Vega, se asienta un poblado celtibérico de aproximadamente unas cinco hectáreas de terreno y que cuenta con tres murallas defensivas de gran interés constructivo que muestran, claramente, la importancia que tuvo al estar situada en plenas vías de comunicación entre la Meseta castellana y el valle del Ebro.
Si bien se conocía por los lugares la existencia de la población, se da a conocer científicamente en los años 90 por el arqueólogo molinés J.A. Arenas y se comienza a excavar de manera sistemática en el año 2008, a cargo de las arqueólogas M.L. Cerdeño, T. Sagardoy y M. Chordá, gracias a las ayudas de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Gracias a estas excavaciones, se descubre parte de las tres murallas fortificadas, de enormes dimensiones, que rodean todo el poblado. Este descubrimiento permite también situarlo en torno a los siglos III-I a. de C.
Destaca de manera llamativa el recinto interior de la fortificación, construido con sillares ciclópeos y que mantiene parte de la estructura de una gran torre exterior de más de 4 metros de altura. La muralla presenta diversos compartimentos rellenos de prietas y tierra y con tirantes que dan más consistencia, con una anchura media de unos dos metros. Se compone de varios elementos constructivos y los estudios de las arqueólogas señalan que está muy definitiva y es de un estudiado diseño, lo que demuestra que este poblado debió tener una gran importancia, poder y prestigio con respecto a otros lugares de la zona.
Las murallas segunda y tercera conservan todavía varias hiladas de piedra de unos dos metros de ancho y más de 1,20 de alto, hablando siempre de muralla de cajones, con piedras muy bien labradas. Las excavaciones también han sacado a la luz diversos restos cerámicos.
En el interior de estos recintos amurallados, todavía se ha excavado muy poco para tener un conocimiento competo de la poblado, pero sí han aparecido ya construcciones rectangulares. En su conjunto, las arqueólogas responsables de la excavación consideran que se trata de un poblado muy poderoso en la zona, con una estructura inexistente en la comarca por su fortaleza y que podría datarse entre los siglos III y I antes de Cristo.
Museo histórico y Centro de Interpretación de la cultura celtibérica
El Museo Histórico y Centro de Interpretación de la cultura celtibérica de Cubillejo de la Sierra se ubica en el histórico torreón de los Ponce de León. El edificio, de carácter militar y defensivo, data de inicios del siglo Xlll, construido como torre vigía desde la que se dominaba un amplio territorio en la frontera del Señorío de Molina con Aragón. Está levantado sobre seguros riscos con piedra de sillería rojiza, característica de la comarca, y los muros de fuerte calicanto. En sus orígenes tenía tres pisos en el interior, construidos de manera sencilla con madera. Destacan en su fachada la inscripción de 1517, dando cuenta del paso de sus propietarios por el pueblo, y un escudo heráldico de la familia.
El museo histórico
Tras una brillante restauración del edificio en el año 2005 a cargo de la Asociación Cultural «Sierra de Caldereros», después de conseguir su cesión ya que era de propiedad privada, con apoyo del programa Leader comarcal, se creó el Museo Histórico de Cubillejo de la Sierra en el que se ofrece de manera muy didáctica y atractiva un recorrido documental y fotográfico de la histórica del pueblo, desde sus inicios hasta nuestros días, con un repaso a distintos momentos históricos que se han estudiado y recogido en el libro, también editado por la Asociación Cultural, “Cubillejo de la Sierra, historia, arte y sociedad”. Este museo pretende, fundamentalmente, dar a conocer a todos los emigrantes y especialmente a los jóvenes hijos de familias de emigrantes la historia del pueblo.
La ampliación del museo
En el año 2019, se ha inaugurado en el mismo edificio una ampliación del Museo como Centro de Interpretación de la cultura celtibérica, que permite conocer en profundidad los orígenes del pueblo en el que existe un castro celtibérico de grandes dimensiones, en el paraje conocido como Los Rodiles, y que cuenta con una enorme muralla defensiva ya descubierta.Además, el pueblo cuenta con otros restos de otro población romano y un cementerio visigodo, situados ambos a escasos metros de Los Rodiles y junto al arroyo de la Vega.
Este Centro de Interpretación de la Cultura Celtibérica cuenta con 19 vitrinas en las que se muestran reproducciones de cerámica, urnas funerarias, ajuares, fíbulas, monedas, espadas y otros restos encontrados en el yacimiento de Los Rodiles, en el yacimiento romano de La Vega y en otros castros de la comarca.
La ampliación ha sido posible gracias al Geoparque de Molina de Aragón-Alto Tajo, que ha desarrollado todos los trabajos necesarios para poner en marcha el Centro de Interpretación, con ayuda del programa Leader de la comarca, los Museos de Molina y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que han respondido así al esfuerzo de la Asociación Cultural «Sierra de Caldereros» por recuperar los vestigios históricos del pueblo, ahora una EATIM de Molina de Aragón.
La Arquitectura popular
Cubillejo de la Sierra conserva extraordinarios ejemplares de casonas típicas de la arquitectura popular molinesa, en las que domina el uso de la piedra de sillería, arenisca roja o blanca propia de la comarca. Se pueden ver buenos ejemplares de construcciones de los siglos XVII y XVIII, con edificaciones muy grandes dotadas para los trabajos agrícolas, con dibujos artísticos en sus fachadas y materiales como la madera, cal producida en el propio pueblo, y teja árabe.
Si bien el pueblo ha sufrido como otros muchos de la zona los problemas de las reformas modernas, en esencia ha guardado el sabor popular de sus casas, corrales, huertos y construcciones agrícolas, y de hecho el trabajo de la Asociación Cultural restaurando con criterio los edificios públicos con la antigua fragua ahora Ayuntamiento y sede de la Asociación, el horno, el torreón o el denominado granero, ha hecho de las obras privadas se hayan ejecutado en los últimos años respetando el uso de materiales tradicionales: la piedra, la madera y la teja tipo árabe.
Merecen también una atención especial los trabajos que se hacían de rejería para los balcones y ventanas, por su originalidad y belleza.
Quedan, aunque la mayoría en ruinas, muchas construcciones agrícolas y ganaderas, como los numerosos pajares que existen en las eras del pueblo, parideras, huertos y cerradas, sin olvidarnos de los hornos de abejas y los muchos palomares que todavía se conservan en los alrededores del núcleo urbano.
En los últimos años, y gracias a la labor de la Asociación Cultural y el apoyo de los vecinos, se han recuperado emblemáticos edificios como el horno municipal, de principios del siglo XX y que cuenta con un espectacular horno de tipo árabe; el denominado granero o pósito, anexo a la iglesia parroquial, que estaba completamente derruido desde hacía décadas y ahora es una moderna y funcional sala de exposiciones, o la brillante restauración en este caso a cargo del municipio de las antiguas escuelas como centro social.
En este sentido, también cabe mencionar las ermitas de La Soledad y de la Virgen de la Vega, dos sencillas construcciones tradicionales que han sido restauradas y siguen estando abiertas al culto religioso, con gran tradición en Cubillejo de la Sierra.
La batalla de los Cubillejos en la Guerra de la Independencia
Benito Pérez Galdós cuenta en sus Episodios Nacionales un hecho histórico que acaeció a los pies de la Sierra de Caldereros, en las inmediaciones de nuestro pueblo. Un hecho histórico muy importante en la Guerra de la Independencia no muy conocido sin embargo.
En 26 de octubre de 1811, se libró en los montes de Cubillejo de la Sierra una cruenta batalla que, a la postre, acabaría con la ocupación francesa de la ciudad de Molina. Los cronistas de la época cuentan como las tropas del valeroso guerrillero conocido como El Empecinado se enfrentaron con un cuerpo del ejército francés de más de 3.200 infantes, además de la caballería.
El día 26 se libró un duro enfrentamiento, con las tropas españolas al mando de El Empecinado y sus lugartenientes don Saturnino y don Vicente Sardina, quienes, según cuenta Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, esperaban ocultos en nuestra sierra al Ejercito francés procedente de Zaragoza al mando del general Mazzuchelli, que venía en apoyo de los franceses que ocupaban Molina.
Tal fue la dureza del enfrentamiento que se describen docenas de muertos en el lado francés y no menos de 150 entre los aguerridos españoles. Pero los franceses acusaron el golpe hasta el punto que fueron perseguidos durantes dos o tres días en las inmediaciones de Molina y Cubillejo y tuvieron que abandonar el alcázar molinés, no sin antes volarlo después de haberlo ocupado durante más de ocho meses.
La Junta General de Defensa que se había creado en Molina de Aragón felicitó al Empecinado y a sus tropas por este éxito, aunque la Guerra de la Independencia significó un duro golpe para la ciudad molinesa, que fue incendiada y destruida casi por completo. Los pueblos y aldeas perdieron a cientos de hombres y la población de toda la comarca quedó diezmada durante décadas.